El miedo es un sentimiento habitual en las personas y, por tanto, entre los empleados, sobre todo, asegura Carmen Sánchez, CEO de Intelema, entre aquellos “que no confían en sí mismos, que tienen inseguridad, que están instalados en la duda”.

También hay miedo, disfrazado de incertidumbre, entre aquellos que ven en juego su seguridad económica, su futuro: “Cuando el ser humano depende de un puesto fijo, de un salario, el miedo puede aparecer en cualquier momento”. Y este miedo es casi una novedad tras décadas en que las empresas, a través de los puestos de trabajo generados, han cubierto necesidades básicas humanas como la seguridad y la tranquilidad. Derrumbados estos cimientos, la inestabilidad laboral se ha instaurado como el símbolo de los nuevos tiempos y, también, para qué engañarnos, como “un generador de estrés, de incertidumbre, de miedo”.

Cuestionarse por el porqué del miedo

Como explica Sánchez, el miedo tiene “muchísima” influencia en el desempeño y en el rendimiento de los empleados: “bloquea, paraliza e impide la acción”. Por ello anima a los profesionales a hacerse una pregunta: ¿Qué me da miedo? Porque en función de la respuesta a esa pregunta, las medidas a tomar serán unas u otras.

“Cuando el ser humano depende de un puesto fijo, de un salario, el miedo puede aparecer en cualquier momento”

Si el miedo se deriva de no saber hacer lo que nos piden, del temor a “no dar la talla”, el miedo actúa a modo de aviso y nos invita a reflexionar sobre una cuestión: ¿Qué es exactamente lo que no sé? “Una vez identificado me puedo callar o puedo pedir ayuda e informar sobre lo que no sé reconociendo mis limitaciones. Esto requiere de un poquito de valentía, de honestidad y también de humildad para estar dispuesto a intentar aprender aquello que he de saber para el desempeño de mi puesto”, sostiene la experta, que invita a dar un paso atrás si vemos que no vamos a ser capaces de hacerlo: “Antes de comenzar a realizar cualquier trabajo hay que plantearnos si vamos a ser capaces o no. El saber que sí lo vamos a ser reforzará la confianza en nosotros mismos y nos fortalecerá. De lo contrario nos desgastará y nos debilitará”.

Si el miedo viene derivado del temor al despido, a perder el puesto de trabajo, la pregunta a hacerse es la siguiente: ¿Quién me puede despedir? “La respuesta es única, así que me puedo dirigir directamente a esa persona y preguntarle, siendo capaz de escuchar la verdadera respuesta. A veces al miedo le interesa quedarse con una respuesta ambigua, así nos sigue dominando. Por eso hay que traspasar al miedo y conectarse con la verdad. Si me dicen que sí me van a despedir a partir de ese momento estoy ante una situación clara, nueva, que me permite mirar hacia donde yo quiero ir”.

Vencer al miedo

Según Carmen Sánchez para vencer al miedo es fundamental que cada ser humano se ocupe de sí mismo y encuentre la estabilidad dentro de la inestabilidad del mundo actual. “El individuo ha de ser consciente de que nada es eterno y permanente, de que los puestos de trabajo no son de las personas, sino de las organizaciones. Por eso es importante no tener sentido de la propiedad del puesto. Hay que cambiar esa mentalidad de seguridad y estabilidad externa por otra de seguridad y estabilidad interna y eso pasa por asumir y ser conscientemente de que la sociedad no ofrece puestos definitivos, porque de lo contrario vamos a vivir en una permanente frustración”, reflexiona.

Para la CEO de Intelema tomar consciencia de esta realidad, vencer al miedo, tiene muchos beneficios para todos los actores implicados en la sociedad. Para el empleado, según Sánchez, este paso adelante permite “vivir en el presente, sentirse libre, dar lo mejor de sí mismo, y disfrutar y aprender todo lo que su capacidad le permita”. Al empresario, por su parte, esta toma de consciencia le permitirá “crear, innovar, avanzar”.

«Antes de comenzar a realizar cualquier trabajo hay que plantearnos si vamos a ser capaces o no. El saber que sí lo vamos a ser reforzará la confianza en nosotros mismos y nos fortalecerá. De lo contrario nos desgastará y nos debilitará”

A los políticos y a los que tienen el poder económico, por último y según Sánchez, crear una sociedad sin miedos les permitirá confeccionar un sistema que favorezca el hecho de que todos y cada uno de los seres humanos de este planeta “se puedan permitir ser lo que han venido a ser a este mundo”. De lo contrario, sostiene la experta, como sucede a menudo hoy en día, “el desempeño está limitado, las personas no desarrollan su talento, no descubren su potencial y favorecen, sin pretenderlo, que las cuentas de resultados de las compañías, sobre todo de las pymes, no sean los esperados, lo pasen mal y, en algunos casos, tengan que cerrar”.