Los tiempos han cambiado. Nos encontramos en un contexto laboral complejo. La mayoría de las organizaciones ha implementado la tecnología en sus rutinas y procesos de producción y eso ha hecho que a menudo la empresa sufra un proceso de deshumanización.
En un entorno en el que las máquinas parece que han cobrado más importancia que las personas, es fundamental aplicar la inteligencia emocionalen cualquier compañía con sentido común, detrás de la cual se encuentran individuos.
Pues trabajar este aspecto no solo mejora las relaciones en el marco empresarial sino que además fomenta la productividad laboral. De modo que, beneficia tanto a las empresas como a los trabajadores. De hecho, según Daniel Goleman, aquellos que logran niveles elevados en sus organizaciones poseen un mayor control de sus emociones, porque se encuentran con motivación y generan entusiasmo entre sus trabajadores, entre otros beneficios.
A continuación destacamos los cinco más notables, que se suelen experimentar en las organizaciones cuando un directivo o trabajador sabe gestionar su inteligencia emocional:
-Estar bien contigo mismo se refleja en tu entorno
Muchos individuos se encuentran en una sirtuación de bloqueo desde el punto de vista emocional. Lo primero es que se den cuenta de cómo manejan sus emociones, porque las usamos en beneficio o en perjuicio nuestro sin darnos cuenta y eso afecta al individuo y también a la empresa en la que trabaja.
-Mejorar el ambiente laboral
Ser conscientes de lo que sentimos, pensamos y estimamos nos ayuda a tomar consciencia del momento que estamos viviendo y, por tanto, nos permite estar mejor con las personas que nos rodean, es decir, con nuestros compañeros y superiores. Lo que repercute en un mejor clima laboral y ello se traduce en una productividad mayor, que si hay un ambiente hostil donde reina el desasosiego.
-El trabajo en equipo es más efectivo
Cuando una organización trabaja las emociones y sabe gestionarlas se nota porque es más efectiva a la hora de realizar un trabajo en equipo, ya que no se producen tantas controversias y en caso de haber desacuerdos, se gestionan de una forma más neutral, sin que afecta a la relación con el resto.
-Se producen relaciones más efectivas con los clientes o el público
Cuando una persona se encuentra bien consigo misma y con el entorno que le rodea, tiene controlada la situación y está a gusto con lo que está viviendo porque es lo ha decidido y, por tanto, lo que le motiva y le apasiona también se ve reflejado en sus relaciones externas con un cliente o su público.
-Aumenta la rentabilidad de la organización
Todos estos beneficios a su vez influyen en la rentabilidad laboral de la organización, porque al mejorar la productividad se produce un mayor flujo del retorno de la inversión. Y, por tanto, esto beneficia a los directivos, trabajadores, proveedores, socios, inversores, y a todos los agentes que intervienen en este proceso.
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