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Los auténticos líderes son personas comprometidas en desarrollar empresas, conscientes de su importante rol y contribución a la sociedad. Uno de sus principales objetivos debe ser conseguir que el equipo trabaje de manera efectiva de forma individual pero también como parte de un grupo. Pero, ¿qué ocurre cuando las personas que forman el grupo mantienen diferentes formas de pensar, de entender el trabajo y afrontar los retos profesionales que se le plantean? 

 

En estos casos – sobre todo- la labor de un buen jefe o líder es fundamental para establecer los principios que rigen la empresa y que los trabajadores deben seguir/cumplir en pos de un correcto funcionamiento sin olvidar ni dejar de potenciar las cualidades  y creatividad de cada individuo, estimulando su sentimiento de pertenencia para crear un verdadero equipo.

 

Habilidades de un buen líder

 

¿Qué cualidades tiene (o debe tener) un buen líder de una empresa?

 

  1. Capacidad de tomar decisiones que generen prosperidad. No únicamente para la empresa, sino también para todos los integrantes de la misma de forma individual.

 

  1. Capacidad estratégica y visión de futuro. Un proyecto requiere de motivación, inquietud y proyección que los empleados sientan como retos a cumplir de forma positiva y realista.

 

  1. Autoconciencia para comprender cómo los hábitos y competencias de cada individuo pueden influir en la forma de relacionarse con los demás trascendiendo  en el puesto de  trabajo. Observar y reflexionar de forma activa sobre cómo el resto percibe nuestras palabras y actividades es fundamental para que la maquinaria funcione correctamente.

 

  1. Prudencia, humildad, equidad. Los líderes que trabajan desde la humildad tienden a reconocer las fortalezas en los demás y a reforzar su crecimiento.

 

  1. Entusiasmo. El líder comunica más a través de sus emociones que de sus palabras. Mostrar ese entusiasmo a la hora de comunicar el enfoque en la meta a conseguir y la seguridad en ti mismo supondrá una motivación extra al resto del equipo.

 

  1. Integridad. La confianza en el líder gracias a su visión clara acorde a unos principios y valores es necesaria en toda relación entre líder y trabajador.

 

  1. Creatividad. Buscar nuevas formas y habilidades con una visión positiva y de forma proactiva hará que el resto se contagie de esta creatividad que supone un aire fresco en cada proyecto.

 

  1. Innovación. Se trata de aportar una visión estratégica enfocada en el cliente pero sin perder de vista y apostando por el trabajo en equipo, que genera una confianza mutua. 

 

Estas cualidades marcaran la diferencia entre un equipo cohesionado, productivo y motivado que mira por los intereses de la empresa porque se sabe parte necesaria de la misma o un grupo de personas que trabajan en un mismo proyecto equis horas al día y poco más. ¿Qué eliges para tu empresa? No olvides que tu actitud como líder puede marcar la diferencia.