Intelema

 

Intelema

Carmen Valero Taverner es la directora del colegio Iale. Lleva a cargo de la dirección más de una década, pero antes de ocupar este puesto de responsabilidad ha trabajado prácticamente en todas las etapas y en otros departamentos, por lo que conoce perfectamente el colegio, su funcionamiento y la evolución del mismo a través del tiempo.  Se siente afortunada en su puesto de trabajo, no obstante el protocolo les vino bien para conocerse en mayor profundidad a sí mismos y aprender a desarrollar sus habilidades de una forma más efectiva. Hablamos con ella para conocer su experiencia con el protocolo de Intelema, y esto es lo que nos ha contado.

-¿Cómo te enteraste del protocolo Intelema?

Lo conocí a través de un compañero que había estado trabajando con ellos a nivel personal y que tras su experiencia positiva consideró que sería interesante que Marta Torres, consultora de la empresa tuviera la oportunidad de presentarnos el proyecto. Tras el primer acercamiento con ella en la que me expuso el trabajo que desarrollaban me pareció que la propuesta al menos debía valorarse y eso hice con la directora técnica y la jefa del departamento de Orientación, decidiendo que era positivo implementarlo.

-¿Cuántas personas habéis participado en el proyecto y cuáles son vuestros roles dentro de la empresa?

Hemos participado 24 personas que fueron seleccionadas en base al organigrama de nuestro centro y teniendo en cuenta por una parte que fueran personas con cierta antigüedad, que ocuparan puestos de responsabilidad y tratando que tuvieran presencia profesores de todas las etapas educativas y tanto del departamento español como inglés. También personas que de una forma u otra tuvieran mayor influencia sobre otros compañeros, jefes de departamento, coordinadores, Equipo Directivo…

Hicimos el protocolo y aunque a corto plazo no ha habido cambios notorios a nivel de organización, sí hemos detectado una actitud muy positiva en algunos casos, incluso el sentimiento de algunas personas de querer crecer dentro de la empresa.

-Durante este tiempo habéis trabajado la inteligencia emocional, ¿cómo la definirías?

Cuando entiendes, reconoces y eres capaz de manejar tus propias emociones es mucho más fácil poder relacionarte con los demás, empatizar con la gente que te rodea y  adquirir las herramientas para tener una relación sana con tu entorno, pues aprendes a comprender las emociones del otro y en cierto modo influir en él. Conectar con las personas que te rodean, saber detectar tus emociones y las del resto te permite en muchos casos acercar posturas y conocer las necesidades de las personas a las que te diriges, por lo que creo que es muy beneficioso.

-Antes de comenzar con Intelema, ¿en qué momento se encontraba el colegio?

El colegio tiene una experiencia de 51 años. Es una empresa educativa y aunque está todo muy bien organizado sí que es cierto que a veces los equipos directivos acaparan demasiado y no delegan lo necesario. Por lo que ver con perspectiva el trabajo indudablemente te ayuda a mejorar en tu puesto, porque aprendes a detectar los errores y a encontrar soluciones para evitarlos.

-En las personas que están a tu cargo, ¿has notado algún cambio?

En algunos casos sí que he visto un cambio de actitud y la gente que al principio era más escéptica se ha ido mostrando más receptiva a medida que se iba avanzando en el protocolo y mostrando en cierto modo mayor implicación en iniciativas del colegio.

El hecho de que cada coach de Intelema trabaje abordando el terreno personal sin saltar barreras que pueden de alguna forma intimidar, ha permitido a algunas personas abrirse y conocerse mejor.

-Y a nivel personal, ¿cómo te ha afectado a ti?

A veces es fundamental poder verbalizar pensamientos y sentimientos, y en algunas ocasiones estamos tan focalizados en nuestro trabajo que no somos capaces de ello. En momentos en los que una organización está en proceso de cambio y crecimiento es necesario parar a pensar en las nuevas expectativas o en las funciones que tienes que desarrollar y que hasta cierto momento no formaban parte de tu rol en la organización.

Mi consultora me ha ayudado a reforzar algunas ideas, a ser capaz de analizar algunos aspectos que me causaban intranquilidad, a tener una visión más amplia del organigrama y de mi función dentro del colegio, y a saber que muchas cosas del día a día no pueden depender de mi. Esto ha derivado en una mejor organización propia, en gestionar mi tiempo de forma más adecuada, y en la medida de lo posible hacer un entrenamiento de lo que significa delegar. Como consecuencia, controlar de alguna forma el posible estrés o ansiedad que puede provocar un puesto directivo y canalizar mis esfuerzos para conseguir los objetivos marcados.

Carmen Sánchez, la persona con la que he trabajado ha sabido ayudarme desde el respeto y ha supuesto una inyección muy positiva, es una persona increíble y muy profesional. Después de este tiempo le tengo mucho cariño y en ocasiones se me ha hecho largo el periodo entre una sesión y otra pensando “qué bien, mañana viene” pues he visto muy útiles los aspectos que he trabajado con ella.

¿Ha habido una reestructuración y un análisis de la organización a posteriori?

Tanto como una reestructuración global, no, pero sí ha ayudado a descubrir de alguna forma a personas que pueden desarrollar todavía mucho más su potencial pues son capaces de aportaron muchísimo a nuestra organización y estos aspectos los tendremos en cuenta para atender inquietudes profesionales.

-¿Qué faceta has descubierto de ti que desconocías?

Que hay aspectos en los que me centro y considero simplemente que son lo normal y sin embargo son cosas muy positivas que aporto al equipo del que formo parte. Que muchas veces el que menos confía en alguien es uno mismo y que hay que saber valorarse para que los demás te valoren. Que en ocasiones es necesario no quererlo tener todo “bajo control absoluto” porque hay cosas que no dependen de ti y que si dedicas algún tiempo a hacer una retrospección descubres que puedes aportar mucho. Que las planificaciones, tanto de aspectos profesionales como personales, a semana vista te ayudan a ser mucho más consciente de lo que vas consiguiendo y te dan la visión de en qué puntos debes centrar tu atención. Esto es muy positivo pues ha ido desapareciendo una sensación que en los últimos tiempos estaba comenzando a ser frecuente, el pensamiento de “no he parado un segundo pero no he hecho nada”. Con diferentes herramientas que he trabajado es más fácil establecer prioridades y conseguir cumplir las planificaciones establecidas.

Iale  tiene una historia de 51 años ya. Formo parte de él desde hace 25 y me siento totalmente identificada con nuestra filosofía, con nuestros objetivos y con nuestra historia. Quizá trabajar con Intelema también me ha servido para afianzar el orgullo que siento por nuestro colegio, por el gran equipo que lo forma y valorar más si cabe el espíritu emprendedor que en su día tuvieron los Fundadores de Iale y el trabajo de un equipo directivo que día a día es capaz de conseguir, que manteniendo nuestros pilares y sin perder nuestra identidad, seamos un colegio de referencia, innovador y que trabaja teniendo muy claro lo que ofrecer a nuestro alumnado para tener la mejor preparación de cara a su futuro. Mi misión desde mi puesto de responsabilidad es que esto sea así, pero también saber transmitir nuestra historia., seguir impulsando los altos niveles académicos y la formación personal de nuestros alumnos.

¿Qué beneficios crees que le ha aportado el protocolo al colegio?

Creo que afianzar el sentimiento de pertenencia al colegio y que cada una de las personas que ha participado haya reforzado su idea de todo el potencial que es capaz de desarrollar para que el colegio siga creciendo.

-Si echas la vista atrás, ¿cómo definirías este procedimiento?

Una forma de poder obtener lo mejor de una organización, pues al final los equipos están formados por personas y como humanos, cuando estás satisfecho contigo mismo eres capaz de transmitir mayor positividad a todos los que te rodean y eso siempre repercute en la consecución de objetivos. El desarrollo personal influye en el ámbito profesional, desde mi punto de vista, eso es un hecho.

-¿Os ha servido para conoceros mejor esta experiencia?

En cierto modo, sí. Personalmente aprendes a reflexionar o analizarte más. Por otra parte tratas de estudiar qué aspectos puedes potenciar más y en qué puntos fuertes debes apoyarte para tratar de supérate día a día.

Como Dirección creo que ha sido un acierto participar en el protocolo, y en general la percepción es positiva. Cuando regresemos en septiembre será el momento de escuchar también a todos los que han integrado el grupo de participantes en el proyecto y recibir un feedback directo de cada uno.

Después de tu vivencia, ¿vas a continuar con Intelema?

A nivel personal quiero seguir trabajando con Carmen y a nivel de Organización, ahora que hemos visto cómo se ha desarrollado el trabajo nos gustaría en un futuro retomar el protocolo quizá con otro grupo de personas.